Enric Sagnier Patronato Ribas

Enric Sagnier i Villavecchia

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Enric Sagnier i Villavecchia

Enric Sagnier i VillavecchiaEnric Ferran Josep Sagnier i Villavecchia nació en Barcelona el 21 de marzo de 1858 y murió el 1 de septiembre de 1931.

Hijo de Luis Sagnier y Navidad, hombre de una sólida formación humanística que inculcó a su hijo, junto con su esposa Clementina Villavecchia y Brugueras.

Enric Sagnier cursar el bachillerato como alumno interno en el colegio Coll de Valldemia en Mataró. Estudió música y violín con García Robles y Gimferrer y pintura en el taller del pintor del Poble Sec, Simón Gómez y en la Escuela de la Llotja. Compaginaba los estudios con la práctica del deporte, en 1913 formó parte del equipo de hockey del Reial Polo Jockey club.

Obtuvo el título de arquitecto en la Escuela de Arquitectura de Barcelona en 22 de marzo de 1882. Trabaja como ayudante de Francisco de Paula Villar Lozano profesor de la Escuela de Arquitectura.

En 1900 fue Presidente de la Asociación de Arquitectos, precedente del actual Colegio de Arquitectos de Cataluña.

Fue miembro fundador del Cercle Artístic de Sant Lluc, tesorero en la primera junta del Cercle en 1893 y presidente en 1903.

En 1904 junto con Montaner levantó los planos del terreno del futuro Palau de la Música Catalana.

Fue diputado provincial en dos ocasiones, la primera en 1903 cuando se presentó a las elecciones del 8 de marzo encabezando la lista de la Lliga del Distrito II, como representante de la organización católica conservadora centro Defensa Social de la que era vicepresidente segundo y la segunda vez como ponente del Fomento.

En 1907 tuvo lugar la V Exposición Internacional de Belles Arts i Industries artístiques en Barcelona, impulsada por Manuel Fluxà en la que participaron 100 expositores, había 2000 obras repartidas en 30 salas cada una de ellas decorada por un artista local, la de I. Zuloaga decorada per M. Utrillo, la de C. Meunier por M. Fuxà, las de Inglaterra por A. De Riquer y las de Francia por E. Sagnier.

En 1911 entró en la Acadèmia de Belles Arts de Sant Jordi, donde fue consiliario segundo.

En 1923 le fue concedido por el Papa Pío XI el título pontificio de Marqués de Sagnier después de la construcción de la iglesia de la Virgen de Pompeia de Barcelona.

En 10 de julio de 1928 entró a formar parte de la familia de Su Santidad, ocupando el cargo de camarero secreto de capa y espada.

Fue arquitecto suplente de la Diócesis barcelonesa. También trabajó por el Monasterio de Montserrat.

Fue vocal de la Junta de Museus de Barcelona y también vocal de la comisión ejecutiva de la Societat Cívica La ciutat jardí.

Fue Consejero de la Caixa d'Estalvis i Mont de Pietat de Barcelona, 1913.

Participó como miembro en el jurado del concurso del Palau Nacional.

Sagnier era un trabajador incansable, contaba con el apoyo familiar y en especial de su esposa Dolors Vidal-Ribas y Torrents que no dudaba en ayudar a Sagnier en su trabajo incluso en la delineación de planos. De su unión con Dolors nacieron tres hijos, Josep M., Enric i Ignasi. Josep M. Fue quien continúa el oficio paterno y heredó en un primer momento su estilo y también sus clientes, fue quien termina el Sagrat Cor del Tibidabo después de la muerte de su padre.

Enric Sagnier tenía una gran capacidad de trabajo, lo que le permitía trabajar con varios proyectos a la vez.

El Ayuntamiento de Barcelona reconoció su obra en varias ocasiones todo otorgándole la Medalla de Oro Extraordinaria del Ayuntamiento de Barcelona, en 1901 para la Casa Juncadella de la Rambla de Cataluña. En 1916 por el Grupo Benéfico del Instituto Provincial de la Protección de Infancia y Represión de la Mendicidad en las calles Pamplona, Wad-Ras. También recibió la Encomienda de la Orden de Alfonso XII.

Era unos de los arquitectos preferidos por la burguesía barcelonesa de finales del siglo XIX y principios del XX, lo que se refleja en la ornamentación de las fachadas de los edificios proyectados, las que hacía muy personalizadas. En las fachadas se dejaba influir más por la moda imperante, mientras que sus interiores eran prácticos y acordes con las necesidades de los promotores, a la vez que seguía unas pautas más tradicionales.

Sagnier creó una tipología que se adaptaba a las necesidades del momento, de ahí que arraigó y fue aceptada en la proyección de las casas entre medianeras del ensanche barcelonés. Las escaleras las comunicaba con los patios centrales con iluminación cenital, hacía distinción de dos sectores, noche y día, es decir,, la fachada y el interior. Proyectaba la estructura continua de las partes en dos direcciones perpendiculares correspondientes a las paredes de carga.

La figura de Sagnier es un buen ejemplo para entender el cambio que se estaba produciendo en ese momento en la organización del trabajo, donde el maestro de obras pasaba a segundo término, mientras que el arquitecto tomaba todo el protagonismo, siendo el encargado de coordinar los diversos oficios de la construcción en las edificaciones.

A pesar de tener una dilatada carrera profesional su figura quedó eclipsada por los dos grandes arquitectos Domènech y Montaner y Gaudí tiempo que queda desplazado por los dos jóvenes arquitectos Jujol y Masó, tal como expuso Oriol Bohigas en un acto en el que participó sobre Enric Sagnier el 1998 el Colegio de Arquitectos de Cataluña en Barcelona.

Sagnier, trabajó de joven con Domènech i Estapà en las obras del Palacio de Justicia (1887 – 1911). En 1895-1902 hizo el edificio de la Nueva Aduana junto con Pedro García Faria y el 1901 el Palacio Planas en el Paseo de Gràcia.

Fue ayudante de Puig i Cadafalch y Domènech y contó con la colaboración del escultor Eusebi Arnau.

En sus edificios encontramos la búsqueda de la originalidad en la composición y en la decoración a partir de los elementos clásicos que preferentemente utilizó. Normalmente en las fachadas utilizaba piedra de Montjuïc y las decoraba con relieves escultóricos.

La capacidad para el trabajo y la originalidad llevaron a Sagnier a proyectar un gran número de edificios en los que dejó entrever el dominio de la huella de los estilos pasados, clásico, barroco, rococó francés, gótico violetiano., mudéjar, los combinó y dio como resultado unas casas de estilos bien diferenciados aunque siendo proyectadas en un mismo momento. La combinación de estilos le permitía adaptarse a cualquier situación y los cambios de moda que su público, preferentemente la alta burguesía y las instituciones religiosas le encargaban en una ciudad que se estaba expandiendo.

Podríamos decir que su obra pasó por tres momentos diferenciados: ecléctico, modernista y clasicista.. Adecua las estructuras del pasado a las nuevas necesidades. Incorporó nuevos materiales como el cemento. El hecho de que actualmente sus edificios se conserven o sean rehabilitados da una idea de la calidad y perdurabilidad de sus construcciones.

En edificios como el convento de Jesús María en Sant Gervasi y en la casa n. 2 del Paseo de Gracia el goticismo resulta muy marcado, posteriormente este estilo ya no será tan pronunciado y poco a poco irá prescindiendo de estos elementos, sólo los utilizará como elementos decorativos como por ejemplo en las casas chaflanes de las calles Girona-Ausias Mach y Alí Bei. En la Caja de Pensiones de la Via Laietana realizado el 1917 utiliza el estilo neogótico más renovado.

Asimismo tenemos que hablar de la evolución de sus edificios hacia el rococó francés, un buen exponente del cual es la torre Arnús del Tibidabo de 1904 y la Casa Fargas en la Rambla Cataluña n. 4 del mismo año, entre otros edificios. Autor también de obras más convencionales con el convento y la iglesia de Pompeia de los padres Capuchinos, el Patronato Ribas y del templo del Tibidabo este último terminado por su hijo Josep M. Al final de su vida proyectó edificios evocando otros estilos como la iglesia de San Josep Oriol de estilo renacentista el 1926.

M. Àngels Canut

Historiadora del Arte

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