Lluís Masriera Rosés

joyería modernista

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Joyería modernista

René Lalique 1902 Fermall, or, vidre, aiguamarines i diamants
René Lalique

La Exposición Universal de 1888 y la expansión industrial del momento dieron un importante impulso en Barcelona. Barcelona es proyectó como una ciudad moderna e inquieta donde la burguesía y la clase trabajadora tenían un importante papel. Este impulso llegó a todas las vertientes artísticas del momento, arquitectura, pintura, escultura, música, literatura, poesía, joyería…

La joyería y la orfebrería pasaban por un período de transformación, lo que tradicionalmente había sido un oficio artesano se convertía en un oficio artístico, las piezas tenían un carácter innovador y pasaban a ser pequeñas obras de arte, toman cada vez más protagonismo en los actos sociales, en la vida cotidiana, en el ajuar y la decoración de las casas.

La ornamentación neoclásica de la joya isabelina dejaba paso a las formas ondulantes y flexibles de la joya modernista que a la vez incorporaba un nuevo temario, donde la figura femenina y la naturaleza, nenúfares, lirios, rosas, peces, dragones y todo tipo de insectos se unían en una misma pieza recibiendo un tratamiento más estilizado. El descubrimiento del arte japonés incidió en estas estilizaciones de líneas asimétricas. Esta joya renovada era más cercana a la moda del vestido femenino, en el que predominaban los tules y los bordados, las joyas se adecuaban a las nuevas tendencias del vestido e incluso en las mismas joyas podemos encontrar semejanzas con los bordados o con los dobleces de las ropas que se llevaban en este momento.

El reciente descubrimiento de las minas de diamantes Sur-africanas, tuvo una clara incidencia en las piezas. Poco a poco, hacía 1869 los diamantes se introdujeron en el mercado de París, esto provocó un cambio en el desarrollo técnico y artístico de la joyería.

La suma de estos factores influyeron de una manera muy importante en la joyería, no sólo en el temario sino también en la técnica, el cincelado, el grabado y el esmalte, por primera vez se realizarán en Barcelona esmaltes traslúcidos, se pondrán de moda y pasaran a ser conocidos como esmaltes de Barcelona. Los esmaltes retomaron el protagonismo que habían tenido en la orfebrería catalana en los siglos XIV,XV i XVI, eran los encargados de llenar de color las piezas junto con las diferentes piedras utilizadas.

En Barcelona aparecieron los primeros talleres de esmaltes sobre metal, provenientes de la casa Millenet de Ginebra, era el momento en que los pequeños talleres familiares se iban industrializando. Destacamos la figura Lluís Masriera que había aprendido el oficio de esmaltador en Ginebra y en París, aprendió de René Lalique y Fabergé, líder de la orfebrería modernista en Francia. De vuelta a Barcelona Lluís Masriera, que en aquellos momentos su establecimiento pasaba por una crisis, decidió fundir todas las piezas que tenía, y gracias a los conocimientos adquiridos sobre el esmalte pintado, llevó a cabo la realización de joyas inspiradas en la obra de Lalique, las cuales fueron tener una gran repercusión y una gran aceptación por parte del público incluso por los propios joyeros de la ciudad que las imitaron, estas piezas más tarde llegaron al resto de España i a Sudamérica.

Luís Masriera era presidente de la Acadèmia de Ciències i Arts, fundador y director de la revista quincenal ·Estilo, dedicada a las artes decorativas a través de la cual en 1906 reconocía la belleza del trabajo hecho a mano. Fue vicepresidente del Cercle Artístic de Sant Lluc. En 1913 pronuncia como académico una conferencia titulada La caída del Modernismo anunciando la llegada del Noucentisme.

M. Àngels Canut

Historiadora del Arte

Text del 2004