Josep M. Gol

Josep M. Gol 1897 – 1976. La Sumisión del fuego

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Josep M. Gol

La Sumisión del fuego

El escritor, dibujante y caricaturista Feliu Elías refirió con el renombre de Demonio de las artes del fuego, a Josep M. Gol, fascinado por la belleza y singularidad de los vidrios esmaltados presentados por Gol en LaExposition Internationale des Arts Décoratifs et Industriels Modernes , de Paris en 1925.

Josep M. Gol es conocido internacionalmente por los vidrios esmaltados y por la producción cerámica, actividades que alternaba con el dibujo, la pintura, la litografía y la joyería, objeto de la presente exposición.

Las innumerables formulaciones, los ensayos constantes con las temperaturas variables, la perseverante observación de los resultados y la aplicación de su ingenio le convirtió en un experto conocedor de los misterios del fuego, haciendo posible la consecución de unos resultados formales complicados y extraordinarios. Trasladó el cromatismo del lienzo al vidrio, de manera sutil y en ocasiones desbordante.

Decoró todo tipo de vasijas: vasos, cuencos, copas, tazas, licoreras, botellas, platos, bandejas ... con una ornamentación tan minuciosa como recargada. Gol, reinterpretó con gran imaginación y fastuosidad los vidros soplados que con anterioridad se habían hecho en Barcelona y en Cataluña. Los arabescos, los fundamentos geométricos, las aves, los elementos vegetales junto con una generosa gama de colores son parte del imaginario del artista a la hora de ornamentar los vidrios con los esmaltes que quedaban del todo integrados.

Nacido en el barcelonés barrio de Hostafrancs en 1897, Josep M. Gol Creus, cursó los estudios primarios en el Centro Angélico para continuar en las Escuelas Pías de San Antonio Abad y con posteridad a los Hermanos de la Doctrina Cristiana de Manlleu.

La sólida educación religiosa recibida en la infancia le hizo asimilar las carencias de movilidad, causadas por una poliomielitis que le afecto cuando era pequeño, como un designio divino que le favoreció su despertar vocacional.

A la edad de quince años entró de aprendiz en la joyería Cabot y, en una imprenta tipográfica hizo el aprendizaje de litógrafo y grabador al acero. Más adelante ingresó en la Llotja, donde estudió dibujo con Félix Mestres y conoció al poeta Francesc Casas con quien inició una amistad que se afianzó con el tiempo. Aconsejado por Casas se inscribió en la Académia de Francesc À. Galí para aprender pintura, después siguió al pintor y pedagogo en la Escuela Superior de Bells Oficis, donde continuó estudiando dibujo y pintura. Asistió a las clases de escultura impartidas por Pablo Gargallo. Estudió cerámica especializándose en el último curso en los esmaltes para vidrio. De las enseñanzas del maestro Francesc Quer aprendió la aplicación. Asimismo, participó activamente en las clases de Josep Ugarte, a quien Llorens Artigas incorporó al renunciar Francesc Quer. La Escuela también fue el punto de conocimiento con Llorens Artigas, con quien unos años más tarde es reencontraría en París.

Poco tiempo transcurrió entre los primeros ensayos realizados en el horno escolar, hasta que en dispuso de uno propio a Sants, hasta llegar a tener tres en Collblanc, de donde surgían las cocciones embellecidas con delicadas aves y motivos florales. La paleta de colores se iba dilatando a medida que iba experimentando.

Si bien, para los trabajos de primera época compraba los vasos y objetos ornamentar con los colores que había aprendido con Ugarte, pronto éstos no cumplirían las cualidades de soporte plástico exigidas por el autor de tal modo que optó por realizarlos él mismo, soplandolos y manipulándolos hasta conseguir el aspecto deseado. Con ensayos constantes y la búsqueda de lo óptimo obtenía la resolución de las dificultades que se le iban planteado a lo largo del proceso creativo hasta alcanzar el resultado deseado, la obra final. Cuando se inició en el aprendizaje en el aula de la Escola Superior de Bells Oficis sólo disponía de una paleta de nueve colores y en un breve espacio de tiempo, en 1922 la incrementa hasta sobrepasar los noventa.

En este mismo año, 1922, expuso por primera vez individualmente su obra en las Galerías Laietanes, de Barcelona. Joaquim Folch i Torres, Director de los Museos de Barcelona, hizo su presentación en un escrito en el que elogiaba la transparencia del vidrio y la compacidad de los esmaltes. Entre las obras expuestas destaca una gran bandeja de vidrio soplado y tallado, intensamente decorada con motivos florales en la realización de la cual colaboraron trabajadores del prestigioso Horno Tarrida.

Con anterioridad, en 1919 ya había participado en las mismas Galerías Laietanes en una exposición colectiva con joyas, cerámica y vidrio. Eran piezas de juventud. A pesar del poco tiempo que separan ambas exhibiciones se hace patente una rápida evolución cualitativa. Si en la primera exposición presenta un trabajo meritorio en la segunda evidencia un trabajo reflexivo y ponderado. Esta sería la primera ocasión en que coleccionistas de ámbito local y de renombre como la condesa de Güell, los Marqueses de Maldà y de Lluís Plandiura, incorporarían piezas del artista en sus colecciones privadas. Al mismo tiempo, sería la primera vez que un Museo, el de Barcelona le compraria, un colgante.

En 1923 participó en la exposición de las Galerías Laietanes, Cerámica moderna catalana y también formo parte de la Exposición Internacional del Mueble de Barcelona. En una sala individual, presentó un número importante de piezas, una licorera, copas de vidrio esmaltado, botellas ...

Al cabo de un año, instaló en el sótano de la joyería de Ramon Sunyer en Barcelona. Una parte importante de la producción se destinó a la exportación, seis años más tarde cierra el taller y marchó a vivir a Paris.

Mediante el Foment de les Arts Decoratives, participó en la importante y impactante Exposition Internationale des Arts Décoratifs et Industriels Modernes celebrada a París en 1925. Inicialmente la exposición se tenía que celebrar en 1915, la Cámara de Diputados francesa así lo aprobó en julio de 1912, pero la Guerra europea aplazo su realización.

Fernand David, comisario general de la exposición en 1922 había cursado la invitación al Foment de les Arts Decoratives (FAD), que se presentaba como entidad particular, aunque España si se presentaba oficialmente, manteniendo así más autonomía para hacer la selección, los trámites y el montaje de las obras. Gol expuso en uno de los espacios circulares otorgados en el FAD, en la rotonda del Grand Palais, fuera del pabellón de España. Sus vidrios se presentaron en unas vitrinas junto con las lacas de Lluís Bracons y las joyas de Jaume Mercadé y de Masriera. Lluís Masriera fue el encargado de llevar a cabo el montaje del Grand Palais.

Los cristales de formas simplificadas y de esmaltes transparentes presentados por Gol, junto con los de Xavier Nogués, fueron los más considerados de toda la exposición. Gol, recibió el Gran Diploma de Honor. Josep F. Ràfols le dedicó un escrito elogioso, en el número. 36 de la Gaceta de las Artes, en el que destacó los resultados encantadores impactado por la diversidad cromática y la calidad de los vidrios esmaltados.

Asimismo, Feliu Elíes resalta del demonio de las artes del fuego, la originalidad, el carácter personal de la ejecución y la labor desarrollada como esmaltador. Pero, Gol, nuevamente hacía muestra de su fuerte religiosidad atribuyendo los logros obtenidos a la ayuda celestial y no a su trabajo constante.

Entretanto, la Sala Nancy, acogió su primera exposición en Madrid, casi que la totalidad de lo que se exhibió fue adquirido por el conocido coleccionista madrileño Ramón Rodríguez. Con la obra restante participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes, Sección de Artes Decorativas de Madrid en 1926, donde resultó galardonado con la Medalla de Oro por el excelente conjunto de vidrios esmaltados. Dos años más tarde, en 1928 expondría una vez mas en la capital francesa.

En 1929 participó en la Exposición Internacional de Barcelona, dentro del Pabellón Maragall de la Sala Parés con unos vidrios luminosos y coloristas de carácter muy personal, que le significaron el arraigo definitivo en las artes aplicadas. Dentro de este mismo año expuso en el Centro de Lectura de Reus, donde recibió la propuesta de unos ingleses para exponer en Londres, aunque antes lo hizo en París. Recibió también, el encargo de la Diputación Provincial de Barcelona para llevar a cabo la realización de la cristalería de las solemnidades con el escudo de las diferentes diputaciones provinciales, se trata de un conjunto de 400 piezas con los escudos de todas las provincias españolas. Posteriormente en 1959 le fue encargada la reposición de las piezas perdidas y de las dañadas.

Josep Llorens Artigas en 1930 fue el autor del escrito del catálogo de la Exposición Josep M. Gol pinturas originales presentada en la Galería Dalmau de la ciudad condal. Único e indivisible serán los dos palabras con los que concluirá el texto.

Ese mismo año se traslada a París, y se reencuentra con Llorens Artigas.

Establece su residencia en Charenton-le-Pont, 22, Quai des Carrières, junto al canal de Saint Maurice. El edificio era el almacén de coches de un carnicero. Habían dos hornos, en la planta baja tenían el estudio José M. Gol, Raoul Dufy y Llorens Artigas, quien también tenía un piso dormitorio en el piso superior. Durante 15 años compartió inquietudes y hornadas con Llorens Artigas por quien Gol sentía un profundo y sincero agradecimiento por los consejos recibidos. La cerámica hecha por Gol en el taller compartido denota un celo especial por las cualidades del esmalte, y del relieve, aunque las formas resultantes son más usuales. Experimentó con las altas temperaturas del horno para desintegrar el vidrio. Obtuvo materias preciosas de una gran calidad opalina y con una notable decoración.

Llorens Artigas, reconocía la superación del trabajo del vidrio y se referiría a Gol como el artista que había restituido la técnica del vidrio esmaltado a la verdadera categoría de bello oficio. Sin embargo, Picasso, se manifiesta cautivado por las formas fabulosas y mutantes del vidrio.

Las piezas de cerámica surgidas del atelier compartido, iban destinadas a las Galerías Printemps, aunque una parte importante de la producción marcharía hacia Norte América, en Filadelfia sería premiado..

Durante los años parisinos trabajó de forma preferente la cerámica que la alternó con la pintura. Expuso en el Salón des Indepéndants con el cuadro, de 3mts de altura, sombras negras. con el circo, en la Galería Zac El clarinet en la Galería Le Taureau.

El artista no dejó nunca de viajar y de volver frecuentemente en la capital catalana, aunque no será hasta 1949 que no se quedará a vivir definitivamente. Participó en enero de 1932 en laExposición de Art Nou Català, celebrada en las Galerías Laietanes, donde presentó vidrios tallados y collares cerámicos.

Con piezas de muy reciente ejecución participó en la Exposición Internacional de París de 1937, de nuevo en esta ocasión un hombre distinguido, el duque de Windsor amplía su colección con unos jarrones de Gol. Al final de esta etapa parisina trabaja para la Cassa Bulloc's de Nueva York.

Ese mismo año, decidio mudarse a vivir en Londres donde expuso un volumen importante de obra. Otra vez recibe la consideración del público. En esta ocasión serían las importantes colecciones del Príncipe de Gales y la de Lord Derby que se verían ampliadas con su producción.

Por otra parte en España, y más concretamente en Barcelona en 1939 inició la reanudación, después del conflicto bélico español. Unos años llenos de dificultades del que no quedaban excluidas las actividades artísticas. Había que revivir el arte después del trienio fatídico. Son muchos los artistas que como Gol, se involucran en el afán de hacer revivir el arte e inician con escasos medios esta tarea.. En 1940, una vez instalado en el ensanche derecho barcelonés, trabaja de forma infatigable en solicitud durante 18 años, con una precariedad que lo hacía malvivir. A pesar de todo inicia un periodo expositivo, en las Galerías Dalmau y en la Galería Argos en 1943 donde presenta 40 vidrios, y posteriormente expone en 1946. Año en que también presenta su obra en las Galerías Franqueses con cerámicas y pinturas, dibujos y apuntes en mina de plomo y lápices muy ponderados. Se hace patente la madurez formal en la cerámica, en las sinuosidades pronunciadas y delicadas, y en el vidrio las refinadas y espontáneas decoraciones. Nuevamente marcha en París. En 1949 y 1954 expone en Camprodon en el Hotel Rigalt este último año con motivo de la entrada de obras del artista en The Corning Museum of Glass de New York.

Durante los años cincuenta la obra de Gol cruza una vez más el Atlántico para llegar a diferentes ciudades de los Estados Unidos, a las exposiciones que The Corning Museum of Glass de Nueva York se encargó de organizar.

De nuevo un Museo de Barcelona, en 1959 el Museo de las Artes Decorativas le hace una adquisición, se trata de 10 vasos esmaltados muy coloreados, de pinceladas imprecisas, realizados con anterioridad, al 1955.

Dentro del habitáculo-taller donde vivía, atiborrado de todo tipo de objetos, seguía conciliando su pasión por el trabajo con su vida de espiritualidad, le satisfacía reunir a los amigos con cierta solemnidad al importante acto, dentro de las artes del fuego, de la apertura del horno. Momento en que se puede constatar si se cumplen las expectativas deseadas. En 1959 en uno de las aberturas compartidas, sacó un vaso decorado destinado a ofrecerlo al marqués de Castell-Florite, presidente de la Diputación Provincial.

La Sala Picasso del Colegio de Arquitectos de Cataluña y Baleares en 1966 acogió una exposición homenaje Josep M. Gol sobre los 50ª años de trayectoria artística, donde se pudieron ver cristales, cerámica y pintura.

Paulatinamente la salud del artista y también la movilidad se fueron deteriorando de manera considerable y fue preciso trasladarlo a la residencia de los Hogares Mundet donde siguio dibujando y pintando.

Después de su fallecimiento en 1976, su obra se volvio a mostrar al público barcelonés en la Galería Dau al Set en dos ocasiones, en 1979 en la exposición El vidrio. Art Nouveau Art Decó y 1984 en la exposición 100 Años de Vidrio Artístico, en la misma galería.

En 1983 se presentaron piezas de su producción cerámica en la exposición La cerámica Moderna a Catalunya, en el Museo de la Cerámica.

En Hipòtesi, galería pionera en Barcelona dedicada a la joyería contemporánea, presentó en 1995 la exposición Josep M. Gol. Joies 1920 – 1970, Pilar Parcerisas fue la autora del texto del catálogo.

Ljoyas de Josep M. Gol, ya sean de vidrio esmaltado o cerámica, contraponen la sutileza con la tosquedad, la brillantez con las opacidades, la sencillez con la exuberancia de las decoraciones, la armonía y la contraposición de colores. La antigüedad, más presente en las joyas de la primera época reinterpretando formas cercanas a las denas museísticas pertenecientes a antiguas culturas del Mediterráneo, con la contemporaneidad de los últimos años, hasta llegar a adaptar elementos recientes y cotidianos con resultados sorprendentes donde el color toma un mayor protagonismo y las formas se combinan con atrevimiento.

M. Àngels Canut

Historiadora del Arte